Hace unos años, cuando comprábamos un móvil no teníamos la posibilidad de instalarle absolutamente nada. Hoy en día, los servicios que giran alrededor de estos dispositivos y de muchos otros que usamos diariamente son muy abundantes y necesarios para la supervivencia del producto en el mercado. La gran mayoría de consumidores esperan de los productos un alto grado de personalización y rendimiento que sólo es posible gracias a al desarrollo de un servicio paralelo que ponga a disposición de ellos un gran abanico de posibilidades para adaptar el producto a sus gustos y necesidades. Esta estrategia es lo que podría llamarse la autosegmentación: el cliente es el que moldea el producto a su antojo. El rey en esto es, sin lugar a dudas, Apple. La App Store para su iPhone dio el banderazo de salida a lo que es hoy un negocio inmenso: las aplicaciones para dispositivos móviles. Esta evolución desde el productocentrismo (Goods-dominant Logic o GDL) al serviciocentrismo (Services-dominan...