Casi 7 años han pasado desde que escribí mi último post en
Marketismo, y este post es un brevísimo resumen de lo que ha cambiado el Marketing,
redes sociales, ecommerce y tecnología desde que lo empecé, en enero de 2011, con un par de conclusiones al final que debéis tener encuenta.
Comencemos por la tecnología y dispositivos. Parece que 2011 es antes de ayer pero las cosas han cambiado bastante: en aquel año el iPad estaba recién salido del horno, Blackberry tenía una cuota de mercado muy alta (según algunas fuentes de la época, era líder en venta de Smartphones en España) y se codeaba con Android y Apple gracias a Blackberry Messenger. Whatsapp estaba en sus inicios y permitió conectar por chat todos los dispositivos, incluyendo Blackberry, y eso fue el principio del fin para RIM. Poco a poco los smartphones han ido copando el centro de la vida personal y profesional de todos nosotros, por lo que la tendencia ‘mobile first’ que surgió a mediados de esta década se ha consolidado: cualquier activo online tiene que estar optimizado para móvil, porque es la principal fuente de tráfico de casi cualquier web y app.
Mencionaba antes al iPad, que creó el segmento de tablets que causó fervor a principios de la década, pero se ha ido desinflando y madurando por el aumento de tamaño de los smartphones.
Los wearables merecen un espacio en este post, porque Fitbit inauguró este segmento en 2008 y otras marcas lo han continuado, siendo Apple la que parece tener un producto más redondo con su Apple Watch. Estos dispositivos tienen una importancia crucial porque suponen el punto de unión entre la salud, deporte y tecnología.
El apartado de redes sociales también ha cambiado. En 2010 eran Facebook y Twitter prácticamente las únicas redes sociales del mundo occidental (dejando Youtube aparte), y el panorama se ha diversificado impulsado por el uso de smartphones multimedia y la accesibilidad a internet. En estos años ha dado tiempo para que haya un salto generacional entre las redes que usan los treintañeros para arriba, y los veinteañeros para abajo. Es curioso ver cómo gente joven de veintipocos años que entran a trabajar en un Dpto de Marketing no tienen ni siquiera cuenta de Facebook. Instagram es en donde nos juntamos varias generaciones, pero redes como Tik Tok son casi exclusivas de teenagers.
Más fenómenos que han roto con lo establecido de 2010 a esta parte son todos servicios de streaming como Spotify o Netflix, pasando por la tv por internet que ofrecen los operadores. Amazon no necesita presentación, pero también ha cambiado mucho, pasando de ser disruptor en la industria de libros a ser un monstruo del ecommerce para prácticamente cualquier producto imaginable.
Y podría seguir escribiendo largo y tendido sobre los cambios que ha habido, pero a donde quiero llegar es a lo siguiente: el panorama de tecnología ha cambiado mucho, los canales y los formatos de marketing han aumentado exponencialmente y los datos con los que podemos jugar para lanzar y optimizar una campaña son infinitos, y aquí es en donde entra el big data, la inteligencia artificial y la automatización de acciones de marketing.
Ahora un marketero tiene un catálogo inmenso de opciones para lanzar una campaña según sea su público objetivo, pero en mi opinión hay dos pautas a seguir:
Sobre este último punto, no me cansaré nunca de insistir en que Marketing empieza con el producto, no con el banner que vamos a poner en programática.
En próximos posts seguiré hablando de la complejidad del Marketing actual, pero os daré algunos consejos que la experiencia me ha enseñado para poder ir a lo importante y que las campañas funcionen.
Comencemos por la tecnología y dispositivos. Parece que 2011 es antes de ayer pero las cosas han cambiado bastante: en aquel año el iPad estaba recién salido del horno, Blackberry tenía una cuota de mercado muy alta (según algunas fuentes de la época, era líder en venta de Smartphones en España) y se codeaba con Android y Apple gracias a Blackberry Messenger. Whatsapp estaba en sus inicios y permitió conectar por chat todos los dispositivos, incluyendo Blackberry, y eso fue el principio del fin para RIM. Poco a poco los smartphones han ido copando el centro de la vida personal y profesional de todos nosotros, por lo que la tendencia ‘mobile first’ que surgió a mediados de esta década se ha consolidado: cualquier activo online tiene que estar optimizado para móvil, porque es la principal fuente de tráfico de casi cualquier web y app.
Mencionaba antes al iPad, que creó el segmento de tablets que causó fervor a principios de la década, pero se ha ido desinflando y madurando por el aumento de tamaño de los smartphones.
Los wearables merecen un espacio en este post, porque Fitbit inauguró este segmento en 2008 y otras marcas lo han continuado, siendo Apple la que parece tener un producto más redondo con su Apple Watch. Estos dispositivos tienen una importancia crucial porque suponen el punto de unión entre la salud, deporte y tecnología.
El apartado de redes sociales también ha cambiado. En 2010 eran Facebook y Twitter prácticamente las únicas redes sociales del mundo occidental (dejando Youtube aparte), y el panorama se ha diversificado impulsado por el uso de smartphones multimedia y la accesibilidad a internet. En estos años ha dado tiempo para que haya un salto generacional entre las redes que usan los treintañeros para arriba, y los veinteañeros para abajo. Es curioso ver cómo gente joven de veintipocos años que entran a trabajar en un Dpto de Marketing no tienen ni siquiera cuenta de Facebook. Instagram es en donde nos juntamos varias generaciones, pero redes como Tik Tok son casi exclusivas de teenagers.
Más fenómenos que han roto con lo establecido de 2010 a esta parte son todos servicios de streaming como Spotify o Netflix, pasando por la tv por internet que ofrecen los operadores. Amazon no necesita presentación, pero también ha cambiado mucho, pasando de ser disruptor en la industria de libros a ser un monstruo del ecommerce para prácticamente cualquier producto imaginable.
Y podría seguir escribiendo largo y tendido sobre los cambios que ha habido, pero a donde quiero llegar es a lo siguiente: el panorama de tecnología ha cambiado mucho, los canales y los formatos de marketing han aumentado exponencialmente y los datos con los que podemos jugar para lanzar y optimizar una campaña son infinitos, y aquí es en donde entra el big data, la inteligencia artificial y la automatización de acciones de marketing.
Ahora un marketero tiene un catálogo inmenso de opciones para lanzar una campaña según sea su público objetivo, pero en mi opinión hay dos pautas a seguir:
- Simplificar antes de complicar demasiado una campaña hasta el punto de que el presupuesto se diluye en múltiples canales, formatos y mensajes que no hacen el impacto deseado.
- Asegurarnos de que el producto que vendemos está afinado al máximo y en línea con lo que la audiencia espera de nosotros al ser impactada por la campaña.
Sobre este último punto, no me cansaré nunca de insistir en que Marketing empieza con el producto, no con el banner que vamos a poner en programática.
En próximos posts seguiré hablando de la complejidad del Marketing actual, pero os daré algunos consejos que la experiencia me ha enseñado para poder ir a lo importante y que las campañas funcionen.
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