Como
seguramente ya sabréis por los medios de comunicación o porque lo habéis
sufrido directamente, hace pocos días BlackBerry (BB) tuvo un problema en sus servidores que provocó fallos de conexión a internet, email y BlackBerry Messenger a millones de usuarios de todo el mundo. Esto ha ocurrido cuando el fabricante de estos terminales, RIM, no atraviesa por sus mejores momentos ya que la competencia de Android y Apple ha sido demoledora.
BB ha sido durante años líder en el mercado de smartphones. El problema es que se ha quedado desfasado ya que, como hemos hablado por aquí alguna vez, los usuarios de móviles avanzados necesitan un terminal adaptable a sus necesidades y BB en la actualidad es un producto bastante estático, con una tienda de aplicaciones que no ofrece mucho valor añadido comparada con las tiendas de otras plataformas. BB sigue confiando en tres servicios principales desde que nació: messenger, email y encriptación de datos, y cuando esa ventaja competitiva empieza a debilitarse por errores propios y éxitos de la competencia, los clientes ven una señal clara de que la repetición de compra no es una opción.
El gran fallo de la marca no fue el problema puntual de hace unos días, sino mantener un modelo de negocio estático, sin evolucionar. Lo normal en estos casos es que competidores más ambiciosos y eficientes igualen o superen las propuestas de la compañía que se ha acomodado sin cambiar sus propuestas a los clientes. Ahora la marca intenta reaccionar con un nuevo sistema operativo que podrían ejecutar aplicaciones Android (y que ya usa la Tablet de RIM: PlayBook), pero puede que sea demasiado tarde cuando salga al mercado. Aunque una empresa mantenga una posición de liderazgo claro en determinado sector, quedarse de brazos cruzados haciendo pequeñas evoluciones o restylings del producto ofrecido supone dar demasiada ventaja a la competencia. La evolución debe ser constante y profunda pero siempre manteniendo una cierta homogeneidad de identidad de marca para ir transfiriendo el prestigio ganado hacia el futuro.
BB ha sido durante años líder en el mercado de smartphones. El problema es que se ha quedado desfasado ya que, como hemos hablado por aquí alguna vez, los usuarios de móviles avanzados necesitan un terminal adaptable a sus necesidades y BB en la actualidad es un producto bastante estático, con una tienda de aplicaciones que no ofrece mucho valor añadido comparada con las tiendas de otras plataformas. BB sigue confiando en tres servicios principales desde que nació: messenger, email y encriptación de datos, y cuando esa ventaja competitiva empieza a debilitarse por errores propios y éxitos de la competencia, los clientes ven una señal clara de que la repetición de compra no es una opción.
El gran fallo de la marca no fue el problema puntual de hace unos días, sino mantener un modelo de negocio estático, sin evolucionar. Lo normal en estos casos es que competidores más ambiciosos y eficientes igualen o superen las propuestas de la compañía que se ha acomodado sin cambiar sus propuestas a los clientes. Ahora la marca intenta reaccionar con un nuevo sistema operativo que podrían ejecutar aplicaciones Android (y que ya usa la Tablet de RIM: PlayBook), pero puede que sea demasiado tarde cuando salga al mercado. Aunque una empresa mantenga una posición de liderazgo claro en determinado sector, quedarse de brazos cruzados haciendo pequeñas evoluciones o restylings del producto ofrecido supone dar demasiada ventaja a la competencia. La evolución debe ser constante y profunda pero siempre manteniendo una cierta homogeneidad de identidad de marca para ir transfiriendo el prestigio ganado hacia el futuro.
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