Hace unos días estaba de cañejas con unos amigos y fuimos capaces de hablar de algo serio e interesante: un concepto que no conocía y que se llama ‘Six Degrees of Separation’ o ‘Human Web’ y que viene a decir que, a cada ser humano sólo le separan seis personas de cualquier otro ser humano. Esto quiere decir que, cualquiera de vosotros que visitáis el blog, os separan seis personas en cadena de mi mismo o alguien de Nueva York o Johannesburgo por ejemplo.
Esto viene a confirmar lo que comentaba anteriormente del marketing viral y su poder cuando se hace de una forma efectiva. No penséis que la teoría esta de los seis grados es algo nuevo propiciado por el aumento exponencial del uso de las redes sociales en los últimos años. Esto es algo de lo que se habla desde principios de los años ’90, cuando los móviles e Internet todavía usaban chupete.
Con la explosión de las redes sociales, la veracidad de esa teoría es más probable que nunca. Las redes sociales son word of mouth con esteroides. Cualquier cosa que haga una empresa, bien o mal, puede correr por la red como una chispa en un reguero de pólvora. Hay otro famoso dicho en el mundillo del marketing y la publicidad que es ‘es bueno que hablen de ti, aunque sea mal’. Esto ya no es del todo cierto si tenemos en cuenta el cambio que han supuesto las webs 2.0. Cualquier persona con una mala experiencia en el uso de un producto o servicio puede generar contenidos en Internet y tener su red de contactos que a su vez pueden difundir el mal hacer de una determinada marca. Dell, el fabricante de ordenadores que empezó un modelo de venta en su día revolucionario, sabe bien que, si un cliente no está satisfecho, puede generar mucho ruido mediante redes sociales. Esto es lo que hizo Jeff Jarvis de Buzz Machine con su Dell Hell. Podéis leer en el siguiente artículo el éxito las consecuencias de las protestas de Jarvis.
Las empresas tienen que tener siempre presente el poder que las redes sociales otorgan a los usuarios, y que éstos conforman una red que abarca distintos países y continentes, con lo que las multinacionales tienen que estar doblemente atentas a lo que se dice y se comenta sobre ellas en Internet. No hay que mirar a los blogs, Facebook o Twitter con mala cara y considerarlos una amenaza sino todo lo contrario: Ellos nos permiten manejar situaciones directamente con los clientes, mejorar las RRPP y el brand awareness, entre otras cosas.
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