Durante una fuerte crisis económica como la que estamos viviendo, los consumidores tienden a alinearse en dos grupos diferentes: los que recortan sus gastos al máximo y buscan productos eficientes, y los que siguen teniendo la suerte de disponer de una gran capacidad de gasto e inversión y pueden permitirse adquirir marcas premium. Una de las pocas compañías automovilísticas que ha sabido manejar esta situación es Renault. Lo han hecho un poco por accidente y otro poco por saber posicionar la marca que adquirieron en 1999, Dacia, como el fabricante low cost. Digo por accidente porque cuando compraron la marca rumana, lo hicieron pensando en los mercados emergentes, pero luego ha resultado todo un éxito en Europa durante esta crisis económica. Los compradores que no tienen una cuenta corriente muy saneada buscan productos que satisfagan las necesidades básicas y que sean fiables por un módico precio. Ahí es en donde ha sabido situarse Dacia muy bien. Renault se quedaba un poco e...