Hace un par de meses me enteré de que McDonald’s patrocina los Juegos Olímpicos desde 1976, y mi sorpresa fue mayúscula. Cuando dos marcas deciden trabajar juntas se produce una transferencia de atributos entre ellas en la mente de los individuos y grupos que observan la unión.
Es por ello que en este caso, creo que una de las marcas sale claramente más favorecida que la otra, y es que McDonald’s consiguió un gran golpe de efecto al unir su nombre con el del legendario evento deportivo, cuyos atributos son superación, rendimiento y salud (¿!). Cierto es que es una colaboración no muy explícita pero si compráis una hamburguesa veréis que en la bolsa de papel aparecen los aros olímpicos. El COI en cambio, al implementar la asociación con una multinacional de comida rápida que ha recibido numerosas críticas por la dudosa calidad de sus productos, hace que el evento de los JJOO pueda perder algo de credibilidad y sus atributos se vean debilitados.
Hay que tener cuidad cuando se decide implementar la colaboración con una marca o empresa ya que en ese intercambio de atributos nuestra parte puede quedar dañada por la mala imagen o malas prácticas del socio. Hay que evaluar muy bien los pros y los contras y llevar a cabo un trabajo de research en profundidad de la empresa que va a trabajar con nosotros; y es que, por lo menos a mí, el COI me ha decepcionado un poquito.
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